lunes, 25 de mayo de 2009

CUANDO EL ESTADO QUIERE, PUEDE

Una de las funciones del Estado es la de dictar normas y luego procurar su cumplimiento, estableciendo penas, castigos, a quienes las violan.

Muchas de estas normas tienen que ver con la búsqueda de una sociedad más ordenada, más disciplinada y respetuosa de la vida y de los bienes ajenos.

Buena parte de esta legislación cae en el profundo pozo del incumplimiento, dando pie a la afirmación de que constituimos una sociedad anómica, desapegada completamente al cumplimiento de nuestras obligaciones.

Creo que hay dos razones centrales que alimentan esta "cultura" argentina: la primera de ellas es que el Estado abusa en la sanción de normas tornándolas de difícil conocimiento y cumplimiento. Muchas veces son contradictorias entre sí, dando pie a planteos judiciales o administrativos que paralizan su cumplimiento; la segunda es que el mismo Estado que sanciona las leyes, no tiene los recursos humanos y materiales para prevenir y perseguir los incumplimientos.

Esto da pié a una especie de certeza social en el sentido de creer que el Estado es incapaz de lograr su cometido de cambiar conductas comunitarias.

Esto no es cierto.

El Estado provincial decidió disponer hombres y materiales para conformar la Policía Caminera. Son 900 efectivos, 114 patrullas equipadas con móviles, comunicaciones y radares.

En un año disminuyeron en un 40% la muertes en accidentes de tránsito en la rutas cordobesas. Son 194 fallecimientos menos. Son 194 personas más que pueden seguir el curso de sus vidas.

Hoy cuando viajamos, tenemos todo lo exigido en el auto, prendemos las luces bajas, nos ponemos el cinturón y viajamos a 110 km por hora.

La legislación ya existía. Lo que faltaba era decisión y recursos.

Cuando aparecieron, las conductas cambiaron.

En San Francisco, la obligatoriedad en el uso del casco y la decisión de perseguir a los infractores, logró disminuir las muertes en accidentes dentro del éjido urbano.

Hoy se calcula que un 60% de los motociclistas usan el casco. Ese número aumenta cuando hay controles.

Este fin de semana con los controles en 25 de Mayo e Iturraspe -para los que pretendían esquivar el primero-, virtualmente desaparecieron los infractores.

Es evidente que hay decisión, sin embargo no se logra el objetivo de limitar el tránsito de motociclistas sin casco porque hay escasez de recursos humanos y materiales.

Es cierto que el municipio no está en condiciones económicas de "tirar manteca al techo". Pero también es cierto que si se pudieran extender los controles a todos los sectores de la ciudad, sería raro ver un motociclista sin casco.

Es evidente que cuando el Estado "actúa", los objetivos planteados por la sociedad a través de la legislación se cumplen.

Hay varios temas haciendo "cola" y esperando la decisión estatal, entre ellos, quizás el más preocupante, es el que tiene que ver con la proliferación de la venta y el consumo de estupefacientes.

Los dos ejemplos anteriores demuestran que, si ponemos lo que hay que poner en la Policía Provincial, el problema se atenuará y podremos decir que el título de tapa de El Periódico de este sábado, que decía que San Francisco es una "Ciudad Blanca", haciendo referencia al gran consumo de cocaína, forma parte del pasado.

lunes, 18 de mayo de 2009

LA MOLE - CARNICERO DIAZ: ESPECTÁCULO SIN SHOW


Tengo que empezar esta columna diciendo que la velada boxística del pasado viernes fue, en términos generales, un verdadero éxito: varios miles de espectadores y peleas de gran nivel emotivo justifican esta aseveración.
El nocaut que le propinaron a “La Mole” fue verdaderamente espectacular, a pesar de la desazón que causó en buena parte de los que llenaron Bomberos.
Aquellos que hacen gala de “ver debajo del agua” deslizan la posibilidad de que todo estuvo “arreglado” para armar una tercer pelea.
Lo único que puedo decir es que los golpes existieron, fueron reales y la mezcla de desesperación e incredulidad en la cara de Moli intentando levantarse después del derechazo no eran fingidos sino todo lo contrario.
Sin embargo, el carisma de este “grandote” es tal, que cuando salió del vestuario, después de perder, fue asediado por admiradores que le pedían autógrafos y fotos.
Dicho esto, tenemos que pasar a detallar una serie de hechos que tienen que ver con la organización que, si bien no empañaron el éxito en términos generales, si no se corrigen puede ser el principio del fin de este incipiente renacer boxístico en la ciudad:
- La ausencia de tribunas hizo que muchas personas, al alejarse del cuadrilátero, fueran perdiendo posibilidades de apreciar las peleas.
- No había controles para ingresar al ring side, por lo cual, quienes no pagaron esas localidades, podían acceder.
- Las entradas para el ring side tenían números pero las sillas no, de modo que cualquiera se sentaba en cualquier lugar.
- El camarógrafo de Showsport impedía visualizar correctamente el espectáculo para quienes estaban sentados en ese rincón y eso hizo enojar a muchos espectadores.
- La cantina, a mitad de camino se quedó sin gaseosas. Había que comer los ricos choripanes “en seco”.
- La policía debió reclamarle al organizador que detuviera la venta de entradas porque el desborde estuvo rondando la velada.
- Hubo buenas peleas pero faltó “show”. No hubo luces ni se presentaban por los altoparlantes a los boxeadores.
- El manejo de los medios, especialmente radiales fue, para decirlo educadamente “desprolijo”, impidiendo la cobertura que este evento se merecía.
Son detalles, pero si no se corrigen, como dijimos más arriba, la frustración de quienes asisten a estos espectáculos puede llegar y ese sería el principio del fin de algo bueno que está comenzando.

domingo, 10 de mayo de 2009

LOS MEDIOS Y LAS PAUTAS

Es un lugar común adjudicarle a los políticos la intención de influenciar sobre los medios y los periodistas a través de la muy concreta pauta oficial.

No es difícil darse cuenta qué medios y qué periodistas acceden a la tentación de transformarse en una especie de "voz oficial" con el solo objeto de estar presentes en el reparto.

En mi opinión, cuando esto sucede, el saldo termina siendo negativo, tanto para el político como para el medio. Este último pierde credibilidad y con ello audiencia o lectores, y el político porque lo que en ése medio se publica no es creíble y, lo que es peor aún, no tiene quien le preste atención.

La pregunta de esta columna es ¿sucede esto solamente con el dinero de la política o del estado?.

Si analizamos la cobertura de Mercoláctea, la respuesta, al menos mi respuesta, es un contundente "no".

Nadie duda que Mercoláctea es importante para la ciudad. También se sabe que entre los beneficiados están los medios, que reciben pauta publicitaria de la empresa organizadora -entre ellos Radiocanal, por cierto-.

Si revisamos la cobertura periodística local de Mercoláctea 2009, deberíamos concluir que se trata de una de las mejores, que sigue creciendo, que no recibió el impacto de la crisis del sector.

Maravillosa, impactante, influyente, la mejor, la más completa, son algunos de los calificativos que leemos y escuchamos por estos días.

Ahora ¿es eso cierto?.

Definitivamente no.

Un recorrida por la muestra nos hace ver, comparativamente, que es la más floja desde su creación y la afirmación corre por mi absoluta cuenta. Tiene menos stands, hubo menos gente, no estuvieron presentes importantes sectores de la industria láctea y faltaron muchas empresas manufactureras de maquinarias y equipos para el agro.

¿Estamos dañando a Mercoláctea con esta afirmación?

Definitivamente no.

Estamos describiendo algo que no se puede negar.

¿Porqué sucedió lo que sucedió?.

Hay múltiples y atendibles razones, entre ellas, sin duda alguna, el fuerte impacto que sufre la industria láctea por las políticas nacionales, la sequía y las diferencias que dejó en el propio sector agropecuario la encarnizada lucha con el kirchnerismo.

¿Ayuda la prensa local a Mercoláctea presentando una realidad inexistente?

Definitivamente no.

Si no suceden cosas importantes en el país, en el sector lácteo y en la organización del evento, el destino de la muestra no es brillante, ni mucho menos.

El aporte de este planteo es el de abrir lo ojos a la realidad, reflejarla y a partir de ella, comenzar a desandar el camino iniciado ya el año pasado, cuando estuvo incluso en duda su realización, y retomar el horizonte que tuvo años atrás.

Ese es mi deseo para el futuro.

No es el rumbo que tiene hoy y una pauta publicitaria no debe ser óbice para dejar de decirlo. Le conviene a los medios. Le conviene a Mercoláctea. Le conviene a la ciudad.