Estamos en período de campaña electoral. El 28 de junio votamos candidatos a legisladores nacionales.
Es una buena oportunidad para analizar el discurso de buena parte del periodismo nacional, que tiene sus seguidores a nivel provincial y local.
Ese discurso tiene que ver con una especie de demonización permanente de la política y los políticos.
En haras de la defensa declamada de "la verdad", repiten una y otra vez que los políticos son "choros", "ineficientes", "vagos" y una serie de calificativos que le endilgan a todos, sin mayores distinciones.
Hay políticos que, para "congraciarse" con ese periodismo "crítico", adoptan el mismo discurso y obtienen así algún salvoconducto frente a esta especie de jueces inapelables de la opinión publicada.
Creo que hay que tener ciertas aprehensiones cuando escuchamos diatribas persistentes contra el sistema político y especialmente contra los políticos y funcionarios actuales.
Es una línea discursiva que provoca la desmovilización y el alejamiento de la ciudadanía respecto de las instituciones.
¿Quienes se pueden animar a participar si ese solo acercamiento a la "sucia" política les significa quedar a merced de estas críticas despiadadas?; ¿Quién puede querer pertenecer a un colectivo "odiado" por la mayoría?; ¿Quién puede querer participar de una actividad que solo te trae aparejado desprestigio?.
Obivamente, muy pocos, casi nadie.
Y aquí está la gran paradoja de los que blanden sus espadas para criticar a los políticos y es que, al alejar a la gente de los partidos, logran que los que están...no tengan adversarios y por lo tanto permanezcan.
Si realmente quisieran cambios en las estructuras partidarias y del Estado, lo que tendrían que hacer es alentar a la sociedad para sumarse al sistema, participar del proceso de selección e ir licuando la importancia de los ineficaces y deshonestos.
El problema para el periodismo y los políticos antisistema es: ¿De qué hablarían si todo comenzara a mejorar?; ¿qué le venderían a su audiencia ?.
¿Tal vez tendrían que empezar a trabajar?; ¿A dejar de lado la "fácil"?. Es solo una pregunta retórica, que cada uno busque su respuesta.
Es raro, es paradójico, pero subyace una alianza de hecho entre unos y otros. Se necesitan. Son funcionales entre sí.
Por eso, cuando la crítica es indiscriminada, yo aconsejo desconfiar.
Por supuesto, Ud. haga lo que mejor le parece.
Una buena tertulia, ya sin mucho café a esta altura, es uno de los placeres de la vida. La propuesta es simple: pensar, escribir, discutir, filosofar y disfrutar del vuelo que nos pueden dar las palabras.
martes, 9 de junio de 2009
martes, 2 de junio de 2009
¿DELINCUENTES LOCALES MAS CAPACITADOS Y SOFISTICADOS?
En estos días se conoció la noticia de tres allanamientos realizados en nuestra ciudad, dos de ellos en barrio Bouchard y el tercero en barrio Roque Sáenz Peña.
Los mismos están vinculados a un robo perpetuado en la ciudad de Corral de Bustos, en el sureste provincial, y las víctima es la mutual del Club Sporting de aquella localidad.
Fue un robo importante, del orden de los $450.000 (efectivo, dolares y cheques).
Las autoridades de la institución aseguran que era excepcional esa cantidad de dinero en su caja fuerte, por lo que se sospecha de algún "entregador".
Para acceder al botín hubo que abrir una caja fuerte.
En San Francisco, la actividad delictiva es importante y da la sensación de que va creciendo. La venta de drogas y los robos son habituales. El modus operandi, podríamos decir que es el "cuentapropismo". Una o dos personas consiguen en algún centro urbano importante la droga y la venden ellos mismos en la ciudad. O en el caso de los robos, no tienen planificación y son ejecutados sin mayor "inteligencia".
Los casos resonantes que hubo los últimos años fueron ejecutados por "bandas" de otras ciudades, a lo sumo tienen una conexión local para obtener información.
Si se confirman las fuertes sospechas policiales de que son oriundos de nuestra ciudad los asaltantes de Corral de Bustos estaríamos frente a un estadío más desarrollado, más sofisticado del accionar delictivo.
Estaríamos frente a una "banda" con un importante nivel de organización, el suficiente como para obtener información de otras ciudades, trasladarse, abrir cajas fuertes y luego escapar.
En el presente caso, fuentes policiales seguras no afirman que los sospechosos se iniciaron en el delito como "cuentapropistas" y que se habrían conocido, varios de ellos, purgando delitos en la cárcel, donde habrían pergeñado asaltos de mayor envergadura. En definitiva, la pena es similar por robar $1.000 ó $450.000.
Si toda esta información se confirmase, estaríamos ante dos situaciones que preocupan a las fuerzas de seguridad local. En primer lugar el nivel de organización de los delincuentes y en segundo lugar, la cárcel, que se supone debería reintegrarlos a la sociedad recuperado, vendría a servir como una especie de "curso de capacitación" para mejorar las técnicas delictivas.
Los mismos están vinculados a un robo perpetuado en la ciudad de Corral de Bustos, en el sureste provincial, y las víctima es la mutual del Club Sporting de aquella localidad.
Fue un robo importante, del orden de los $450.000 (efectivo, dolares y cheques).
Las autoridades de la institución aseguran que era excepcional esa cantidad de dinero en su caja fuerte, por lo que se sospecha de algún "entregador".
Para acceder al botín hubo que abrir una caja fuerte.
En San Francisco, la actividad delictiva es importante y da la sensación de que va creciendo. La venta de drogas y los robos son habituales. El modus operandi, podríamos decir que es el "cuentapropismo". Una o dos personas consiguen en algún centro urbano importante la droga y la venden ellos mismos en la ciudad. O en el caso de los robos, no tienen planificación y son ejecutados sin mayor "inteligencia".
Los casos resonantes que hubo los últimos años fueron ejecutados por "bandas" de otras ciudades, a lo sumo tienen una conexión local para obtener información.
Si se confirman las fuertes sospechas policiales de que son oriundos de nuestra ciudad los asaltantes de Corral de Bustos estaríamos frente a un estadío más desarrollado, más sofisticado del accionar delictivo.
Estaríamos frente a una "banda" con un importante nivel de organización, el suficiente como para obtener información de otras ciudades, trasladarse, abrir cajas fuertes y luego escapar.
En el presente caso, fuentes policiales seguras no afirman que los sospechosos se iniciaron en el delito como "cuentapropistas" y que se habrían conocido, varios de ellos, purgando delitos en la cárcel, donde habrían pergeñado asaltos de mayor envergadura. En definitiva, la pena es similar por robar $1.000 ó $450.000.
Si toda esta información se confirmase, estaríamos ante dos situaciones que preocupan a las fuerzas de seguridad local. En primer lugar el nivel de organización de los delincuentes y en segundo lugar, la cárcel, que se supone debería reintegrarlos a la sociedad recuperado, vendría a servir como una especie de "curso de capacitación" para mejorar las técnicas delictivas.
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