La noticia del trágico accidente que se llevó la vida del joven Rodrigo Luque el pasado fin de semana dio origen en nuestro portal de noticias a más de 30 comentarios.
El contenido de los mismos es de lo más diverso.
Están aquellos que expresaron sus condolencias para la familia de Rodrigo que tenía apenas 18 años al momento de perder la vida.
Pero también estuvieron las personas que quisieron expresar su opinión respecto a los motivos por los cuales este tipo de accidentes, protagonizados por motociclistas, se suceden de manera alarmante.
La búsqueda de las causas transitó por la falta de educación que le proporcionamos los padres a nuestros hijos, la falta de capacidad para ponerles límites que surge del seno familiar y, también, la falta de controles del Estado para hacer cumplir normas como el uso obligatorio del casco, la velocidad máxima o la circulación por los carriles correctos.
Algunos participantes de la discusión, temerariamente en mi opinión, fijaban culpas, o bien en el joven porque habría transitado a altas velocidades y supuestamente haciendo “Willies” y otros en el automóvil que se habría cruzado de carril de modo incorrecto.
Sin entrar en la búsqueda de culpables, que de eso se tiene que encargar la justicia, como corresponde, no puedo dejar de apuntas algunas reflexiones que quiero compartir con ustedes.
¿Es posible que se discuta aún sobre la obligatoriedad del uso del casco en los motociclistas?; ¿No está suficientemente probado que 3 de cada 4 muertes en accidentes protagonizadas por motos, hubiera sido posible evitarlas su se usara el casco?
Resulta difícil comprender que aún se esgrima el argumento de que “me perjudico solo si me pasa algo”. ¿Y la familia?; ¿Y los amigos? ¿Y los costos que le implica al Estado controlar el uso porque hay una especie de resistencia civil en, al menos, el 40% de los motociclistas sanfrancisqueños?
No solo el perjuicio no es individual, sino que es absolutamente colectivo.
En el sentido de implantar la obligatoriedad, la actual gestión tiene mi reconocimiento en cuanto al esfuerzo realizado durante estos dos años para lograr que más de la mitad de los motociclistas lo use.
Estoy de acuerdo con los controles y con las multas que se aplican.
Estoy de acuerdo con las campañas de concientización que se realizan y, de hecho, Radiocanal ha contribuido en este sentido a lo largo de toda su programación.
No estoy de acuerdo con las agresiones que sufren los agentes de tránsito y creo que se los debe respaldar en su accionar de todas la maneras posibles.
Ahora, ¿Por qué no logramos el uso masivo del casco?
Creo que hay al menos, tres razones:
- Nuestra cultura anómica es difícil de modificar pero hay que seguir trabajando en ello.
- El municipio debe aumentar los recursos humanos en el área de control de tránsito y pasar del accionar esporádico al accionar continuo.
- El municipio debe lograr que los agentes municipales sean los primeros en cumplir esta norma, pues revela a los ciudadanos ver que se lo exigen a ellos y los propios empleados municipales que los controlan, no cumplen con el uso del casco tal como lo apunta específicamente la regulación vigente en esta materia.
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